Nos ha gustado el artículo de Ángela Molina, Territorios de persuasión, que ha aparecido en el Babelia de hoy sobre la obra The Waste Land de Juan Muñoz que ahora se puede ver en el Guggenheim de Bilbao. Una nota poco veraniega (más bien invernal) pero profunda y hasta con un final algo apocalíptico, aunque se acomoda bien a la pieza de Juan Muñoz y al poema de T.S. Eliot, ese mismo escritor al que hace unos meses le pusimos dos eles en su apellido, y así se ha quedado, y un señor se enfadó tanto (o a lo mejor es que se le dibujó una sonrisa irónica en su carita de pan). En fin.
Hemos levantado el culo de esta silla tan bonita que necesita, creo que ya lo he dicho alguna que otra vez, un buen repaso, para ir a buscar al pasillo, ahí, a la entrada, una edición pretérita de Función de la poesía, función de la crítica que no he encontrado con los cambios (¡por fin!) de estanterías aquí y allá, que editó Barral (creo), que tradujo Gil de Biedma (tampoco estoy seguro) y que compramos en la librería del Drugstore del Paseo de Gracia cuando se iba al Paseo de Gracia a comprar libros y a ligar. Lo que fuera: comprar lo que fuera y ligar lo que fuera.
Pues resulta que el librito, que tiene una portada bastante fea de un color tirando a sangre de toro, de eso sí que me acuerdo, no aparece. Está ahí pero va a tardar en aparecer. En cambio, en ese desorden y con el regusto del poeta y del escultor, hemos encontrado juntos ni más ni menos que Nova Express de William Burroughs en una edición también fea pero no mala, traducida por Martín Lendínez, el Lavorare stanca de Pavese, bilingüe, italiano y catalán, muy bien traducida y con una introducción larga y magnífica de Giuseppe Tavani y una rareza bibliográfica heredada de mi señor padre y de la que sigo estando muy orgulloso: una edición de los Textos económicos (el ejemplar número 46 de una edición de 200) del poeta vallisoletano Francisco Pino y que editó en 1969 la Librería Relieve de Valladolid. Ni más ni menos y nada que ver una cosa con la otra. O a lo mejor sí.
Lo que queda de tarde y antes de salir a cenar y a asarme por una de estas plazas se lo voy a dedicar a Francisco Pino y a Pavese (a Burroughs le dejaremos tranquilo), convencidos de que la tierra no es tan baldía ni que “quest’è il giorno che salgono le nebbie dal fiume / nella bella città…”. La ciudad es bella, claro que sí, pero vamos a vestir de tarde de gala a alguno de esos poemas otoñales para poder airear nuestros interiores bien a gusto.
N.: La ilustración corresponde a la obra citada de Juan Muñoz y procede no de la página del El País de hoy sino de otra que hemos supuesto de libre utilización. La pieza se titula, evidentemente, The Waste Land, bronce, acero y linóleo, medidas variables, y pertenece a la colección de Elayne y Marvin Mordes de Palm Beach, Florida.
2 comentarios:
que honor! entrar en el selecto grupo del chico de la semana!
me voy a los cátaros!
Honor el que Usted me hace, don Eduardo, al leerme y al cocinarme.
Von voyage!
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