jueves, 14 de agosto de 2008

LUÍS GARCÍA MONTERO


Hace un rato en el otro blog, ese en el que nos empeñamos en seguir cocinando quién sabe qué, hemos acometido un breve pero me parece que intenso canto a la vida, al verano, a la albahaca, a la pólvora y a los fritos variados, aunque no por ese orden, un poco exultante de más pero seguramente contagiado por la fecha y por el bochorno. Sobre todo por el bochorno.

Nos gusta el verano, qué le vamos a hacer, esa sensación algo desmadejada pero al fin y al cabo prolífica. El mar tan cerca y el silencio absoluto de dos a siete de la tarde seguro que también tienen algo que ver.

Ayer el poeta Luís García Montero, buen poeta, inteligente, cabal, exacto, quizás demasiado exacto, respondía a una pregunta tópica en una entrevista banal una frase que resume bastante bien parte de lo que andamos pensando, sea verano o sea invierno: “…todavía el dolor tiene mucho prestigio en la cultura contemporánea”. Y claro que estoy de acuerdo, y me encanta que lo haya dicho así, de repente, y voy a entonar un mea culpa como una casa (contemporánea) y me voy a enzarzar a partir de ahora en un beatus ille aún más grande que ese carpe diem con el que lo confunde algún memo que de su tránsito por la vida hace un motivo de reflexión. Sí, ese memo en el que Usted y yo estamos pensando. Iuxta crucem lacrimosa.

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