viernes, 29 de febrero de 2008

FEBRERO NOMBRE DE FIEBRE


Aunque no sea así, aunque se acabe de repente el día veintiocho y cada cuatro años el veintinueve. Febrero purificador, purgador, centro del invierno y sin embargo su despedida. Febrero de depresiones tras el difícil parto, el incómodo, el real, febrero de exámenes finales y de decisiones graves. Invierno puro, casi silencioso y aunque no lo parezca, lento.

Hemos terminado febrero sin hablar casi nada de Lourdes Fernández que después de todo sólo nos parece una señora aburrida, ni del señor ministro, que otro que tal, tan plano con esa cara de comedido, ni de los santos inocentes que escriben en papel y a los que es más fácil criticar en la pantalla. Nosotros también escribimos en papel, y ya hace demasiados años, aunque con esos altibajos propios de los que no cobran por ello. O cobran poco.

Pero se nos ha ido de la mano, en papel y en la pantalla, este febrero que de loco no le queda ni el refrán: el primer piso de una cafetería de la Gran Vía, domingo por la tarde, anocheciendo, un sándwich mixto y un té con leche, en la mesa de al lado tres empleadas de la Telefónica solteras y maldicientes, en la de enfrente una pareja de setentones cogidos de la mano, hablando del pasado, junto a la barra de abajo el limpiabotas y a su lado un febril devorador de gin-tonic. Pocos taxis, poco todo. Febrero puro.

Nota: La ilustración es de ©Nacho Cadiñanos, fotógrafo y amigo, y está tomada en la pasada edición de ARCO. Pasada.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿la piedra con patas representa febrero como imagen de lo opresivo de ese mes?
Peor va a ser marzo con las elecciones

manuel allue dijo...

Lo cierto es que ha sido un azar. La foto me gustaba y ahí ha quedado pero sí, la piedra puede ser que resulte opresiva aunque no lo parezca.

De todas formas, y a pesar de las elecciones, marzo es el sol, el tinto de verano (o de primavera) y los buenos propósitos.