domingo, 11 de febrero de 2007

VINCULOS



Nos está costando mucho establecer nuestra lista de vínculos, que hemos apellidado próximos porque una cierta redundancia no les iba a venir mal. Pero ni así.

Hemos empezado por el final, por nosotros mismos y nuestros amigos y familiares, lo que no supone ninguna novedad sino la gentileza y la costumbre habituales. Pero al repasar, mentalmente, las revistas, galerías, museos, fundaciones y bibliotecas de arte contemporáneo, nos han asaltado todo tipo de dudas. Y ahí seguimos. Más que dudas una cierta incomodidad, un extraño y exacerbado espíritu crítico, ese pudor raro, almizclado, demasiado aromatizado (de tanto olerlo), que nos ha marcado la semana desde el principio. Una sola revista, de momento, Art Notes, de la que nos encontramos próximos y no precisamente por casualidad. Otra, Parachute, que nos gustaba mucho, ha publicado el pasado mes de enero su última entrega después de 125 números. Pero, bien pensado, la vamos a incluir porque mantiene una dirección de correo para el soporte (moral o financiero), las ideas o, a lo peor, los mensajes de despedida. Lo que son las cosas.

Con otras revistas españolas no hemos podido. Y por nada en especial. Ni la de Rosa Olivares, ni la de Fernando Huici, ni la Revista de Occidente, que ni falta que le hace, ni otras dispersas. ¡Qué le vamos a hacer!.

Con las galerías han empezado los problemas serios. Antonio Machón me cae mal, Fernando Silió es demasiado serio, y tampoco lo conocemos tanto, Helga de Alvear me da miedo, Evelyn Botella, que sí que nos cae bien, muy bien, tiene una página que no es casi nada, Elba Benítez o Pepe Cobo son estupendos pero nos quedan un poco lejos, las Moriarty es como si no estuvieran, Rafael Ortiz parece que se lo monte solo, como Ferran Cano, como los Leyendecker, Miguel Marcos no parece nada (nunca sé muy bien dónde está su galería) y los otros catalanes o no son muy simpáticos o no tienen demasiado que decir. O sea que sigo echando de menos, mucho, a los que ya no están y con los que a lo mejor tuve algo que ver (bueno o malo): Chiqui y Mercedes Buades, Manolo Montenegro, las Alençon, Fernando Vijande, Juana Mordó y las dos Esperanzas, Francisco Farreras, de la Maegth de Barcelona, o Evelio Gayubo. Y la soltura, la amabilidad y el buen oficio de todos ellos.

Con los museos tres cuartos de lo mismo. ¿Qué vamos a hacer con los “picasso”, con los patios herrerianos, con los domus (¿domus, damus?), los malogrados y malhadados IVAM, MNCARS y otros con tantos buenos propósitos, tan buenos presupuestos y tanta cortedad de miras?.

En el Oficio de Jueves Santo se leía antiguamente la lamentación de Jeremías, con la cual acababan las de los tres días santos: “Sus contrarios se enseñorearon de ella:” (Jerusalén) “sus enemigos se enriquecieron, porque el Señor la condenó en castigo de sus muchas maldades…”. En castigo de las nuestras (con las que ni siquiera nos hemos enriquecido) la memoria nos ha hecho un corte de mangas y no nos deja aproximarnos más que a unos pocos. Rozarlos tan sólo.

No hay comentarios: