viernes, 9 de febrero de 2007
ORIOL BOHIGAS, HERBERT MARCUSE Y ANTONI DE MORAGAS
Para demostrarnos, Nené, para seguirnos demostrando lo tremendos que fueron los años sesenta-setenta españoles (y catalanes), he buscado un poquito más allá, aunque no tanto, en mis anaqueles, cerquita, pues, del senyor Rubert de Ventós, y me he encontrado con un ejemplar, estupendo, de Oriol Bohigas. Se trata de la Polèmica d’arquitectura catalana, un “recull” de artículos periodísticos del arquitecto, publicado en 1970 por la mínima colección L’Escorpí de Edicions 62, y que compramos, seguramente Cristina y yo, en Cinc d’Oros (conserva la pestaña de la librería: “Llibres per a tots. Diagonal, 462, Barcelona-8").
Oriol Bohigas celebraba la lectura (la moda de la lectura, desde luego) de Marcuse en ese momento pero lamentaba que hubiera provocado “desorientaciones” y promovido “las indispensables interpretaciones banales”, traducimos.
Y aquí la perla. El arquitecto y prohombre Antoni de Moragas, que lamentamos no conocer, publicó entonces (¿en “El Correo Catalán”?), su opinión al respecto de las nuevas formas y de las nuevas literaturas (y no nos ha hecho falta traducir): “Siempre he sentido una profunda repugnancia hacia la frivolidad en todas sus formas, desde su aspecto erótico hasta cierta arquitectura que se ve por ahí, más propia de personas inclinadas a las drogas y al amor libre que de gentes honestas, normales y corrientes”. ¿Le horrorizaban los edificios Trade? ¿Tenía pánico de la Fundació Miró? ¿Estaba encantado con el nuevo edificio de El Corte Inglés en la plaza de Cataluña, propio de personas normales y corrientes?
En fin. Que eran años tremendos (¡qué te voy a contar!).
He colgado una foto de Marcuse joven porque de mayor tiene un aspecto que no sé qué decirte.
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1 comentario:
No coneixia el "que els bombi un llobarro!". L'adopto i l'adapto immediatament.
Nené: en el mes de febrero casi siempre me pongo nostálgico. Y pesado. Es como si tuviera el examen final que para mí, durante unos años (¡y ya hace tantos!), fue ARCO. Pero persiste "esa" sensación. Entonces me pongo a revolver en el pasado, en mi biblioteca, en mi memoria, y me salen cosas como esa.
Que los zurzan, claro está, y larga vida al senyor Bohigas que también me sigue pareciendo muy lúcido (lo es) y con muy buena pinta.
Ptons.
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