Más leña al fuego habrá que echar, digo yo, porque si no, no hay incendio bonito.
Ha pasado lo que tenía que pasar pero con más prisas de lo debido. Miren Ustedes si soy cauto. ARCO ha cerrado con un balance ficticio, el de Luís Eduardo Cortés, y a pesar de que los galeristas siguen callados (y resacosos y seguramente tristes), los galeristas de ARCO (que son unos y trinos), desde Ifema y desde la Comunidad de Madrid vuelven a sonar tambores de guerra y amenazan con emprenderlas a mazazos con lo que ha quedado vivo. O con un duelo a garrotazos, como el don Francisco de Goya.
De la historia sabemos la mitad, una cuarta parte nos la imaginamos y la otra pertenece a ese lívido secreto que nunca saldrá en los libros porque no está escrito. Ni falta que hace. ¿Por qué Helga de Alvear y Pepe Cobo dieron la espantá antes que nadie?. Porque son listos, muy listos, y no quieren mancharse las manos. ¿Por qué dos importantes galerías extranjeras (extranjero, al final, es casi todo) se han negado a ir a Madrid a pesar de las invitaciones y las certezas, que no promesas, de compras importantes?. Porque las ventas se pueden hacer desde casa y ya no significa ningún prestigio hacerlas en ARCO, aunque sean institucionales y salgan en los periódicos. ¿Por qué la Comunidad de Madrid sigue haciendo el papel de Estado y selecciona (digan lo que digan) Comunidad por Comunidad, cupo por cupo, y no se queda en Virreinato, que es lo que es, y deja en paz la España de las Autonomías y los porcentajes? Porque el señor Cortés y desde luego Esperanza Aguirre tienen bien claritos sus objetivos y ya les ha mandado a Pedro Schwartz (Pedro y el lobo) para ponerles las peras a cuarto a un Comité bastante desmembrado y que ha perdido la oportunidad de su vida más por miedo que por despiste. “Les” han quitado la feria. A los galeristas. Y a río revuelto, ya lo hemos dicho otras veces, la ganancia de los pescadores es probable, pero la del dueño del río es más que evidente. Los peces siempre pierden (y la mayor parte de las veces la vida).
Y es una pena. Me muero de pena. Porque lo que me gusta es hablar de cuadros y de pintura (y de fotos y de vídeos y de esas joyitas dispersas que hay en todas las ferias) y me quedo con las ganas, con el cansancio y con una suerte de desesperanza que tiene cura, claro que sí, pero que es lenta. Y desalmada.
A todo esto, con todo esto y después de esto, las hordas galerísticas barcelonesas, parece que capitaneadas por Carles Taché (es un decir, otro decir), se están dando prisa en poner en marcha la feria de arte contemporáneo de Barcelona que, si consiguen no pelearse más (difícil), el dinero preciso (el buen dinero, de buen origen) y el perfil exacto, que me parece lo más complicado, pueden ganar la partida. Como en un torneo de fútbol: Barça contra Real Madrid (y ¡viva la madre que los parió!).
N.: La ilustración corresponde a una fotografía de Ethel Martí de un pasillo, razonablemente lleno, de la edición de ARCO de este año.
2 comentarios:
posarem una espelma a la Verge Dels Desamparats, aviam si ens escolta, y otra para el (o la) estilista de Consuelo Ciscar, que falta le hace, des de aquí todo se ve naranja y con cierto regusto a azafrán, pero leemos bien,...
Me gustan tus colores y tus afanes, pero no pierdas de vista ni a doña Consuelo ni a sus homólogas, por lo que pueda ser.
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