miércoles, 27 de mayo de 2009

QUÉ DIFÍCIL ME LO PONEIS, HERMANOS


Hace un tiempo empecé a publicar este blog con intenciones más o menos insanas pero con una prudencia que, aunque a algún mentecato le haya parecido lo contrario, es bastante inusual en mí. Y voy a hablar en primera persona porque para eso lo firmo.

Me indigno bastante a menudo pero también, y sobre todo, celebro las buenas intenciones de los demás, los textos buenos, los buenos cuadros, las exposiciones luminosas y bien pensadas, las oscuras y pensadas aún mejor pero me suelo enfadar cuando no hay ideas, o cuando me parece que no las hay, o cuando alguien escribe bien lastrado de citas porque no sabe qué decir o pinta sin dudas, que es lo peor que le puede pasar a un pintor, no tenerlas o, peor aún, intentar esconderlas.

Han pasado muchos años desde el entusiasmo y me tengo que fabricar entusiasmos nuevos cada día, después del desayuno o quizás antes de la cena, que es cuando suelo ponerme a escribir. Y me cuesta un imperio. Escribo otro blog, que lee bastante gente y que me divierte enormemente. En ése no se enfada nadie, o casi nadie, y tiene comentarios sabrosos de gente estupenda que se dedica a mil cosas y a las que les divierte, como a mí, escribir y comer y no ponerse pesados con las cosas del querer (ni con las del desear). Este blog no sé si lo lee ni mucha ni poca gente, no tengo contador y raramente me citan en ningún sitio. Pero se me enfadan a menudo, no tanto como yo quisiera, porque suelo poner nombres y apellidos y la gente va y se busca en Google y luego pasa lo que pasa: que un iletrado (eso me han llamado, entre otras lindezas) se atreve a nombrarles y a joderles la vida.

Pues no, escasos o numerosos lectores, yo no quiero joder a nadie aunque me gustaría hacerlo a según qué horas. Tampoco estoy viendo el partido del Barça ni voy a decir ni una sola palabra sobre la puerta de la galería de Carles Taché, que no se abre ni a tiros (¿me la cierran a propósito?), ni de la exposición de Tony Cragg, por el que bebíamos los vientos no hace tanto y ahora no puedo entender cómo y por qué ha llegado a esas horrorosas esculturas (¡esas estatuas!) que ni en un jardín de Sant Cugat, ni voy a hablar de Borja-Villel y su colección “sin complejos”, ni su afrentosa, afrentadora, afrentante frase (no sé si es suya o del periodista de ABCD, hace unos días) en la que “…lo de Goya y Sorolla es anecdótico, pese a lo noticiable”, ni de la correspondencia entre José Luís Brea y Brumaria, ni de los gin tonics de los unos y las amistades peligrosas de los otros.

No voy a decir nada. Fernando Castro Flórez ha suprimido su blog y estoy de luto.

9 comentarios:

aparis dijo...

Pues yo, que me he librado de leer periódicos, sin período de desintoxicación, a pelo, sí que te leo. Primero porque te quiero i segundo porque algo aprendo, siempre algo aprendo de ti.

Dales caña que si no se amodorran i métete, que tienes derecho.

Txaber Allué Martí dijo...

Mola el tono, sigue así

manuel allue dijo...

Pues muchas gracias a los dos. Me seguiré empeñando.

edu comelles dijo...

tienes otro lector en Edinburgo que te lee cada vez que publicas,

- a Carles Taché le hace falta un poco de tres en uno...

- de Tony Cragg hay varias anecdotas interesantes contadas por una amiga mía hablando de lo fátuo y pretencioso que ése hombre es, cómo profesor de la UDK de Berlín...

manuel allue dijo...

Gracias, lector de Edimburgo. Y bastante de acuerdo con tus dos opiniones. Fíjate, Tony Cragg es sólo un poco mayor que yo y ya ha alcanzado esa especie de soberbia de los escultores mayores que no quieren perder la fuerza o la energía o la rotundidad, yo qué sé. Chillida no envejeció bien (al margen de su enfermedad final, desde luego, y artísticamente hablando) pero Oteiza sí. Hay un Chillida manierista pero no un Oteiza, pero con Tony Cragg me he perdido, de verdad. Estuve ahorrando ya hace mucho tiempo para comprarme un dibujo suyo, bastante caro entonces, en una galería alemana, no recuerdo cual, y siempre lamenté no haberlo hecho. Y ahora, más.

edu comelles dijo...

bueno, Chillida llegados a un punto, empezó a autoreferenciarse y autohomenajearse todo el rato, lo cual no esta mal pero si, en 50 años andó los mismos caminos, y Oteiza, cómo era un tipo más malhumorado, pués aguantó mucho más, aunque des de un punto de vista meramente estético me quedo con Edu Chillida, por ser tocayo y por que mira... soy fan.

I Cragg con sus "estatuas" (me encanta el concepto) de area de servicio de la A7, me decepciona, y su web más.... que parece el catálogo de porcelanosa

lo dicho, me voy a las Highlands a hacer de Richard Long un rato,

ptons

manuel allue dijo...

Pues a hacer de Richard Long como el que no quiere la cosa (nada que ver con Perejaume en el Montseny).

aparis dijo...

Hablando de estatuas, en Tarragona, cerca del puente del diablo (creo), había un “maset”, que yo conocí en el año 1962 ya al inicio de su abandono, al que llamábamos el “mas de les figures”. En este lugar un hombre al que ahora llamaríamos un freaki, había hecho con cemento y colocado con poco orden, más de cincuenta estatuas de tamaño natural, desde un torero a San Pedro, a un romano, un caballo, don quijote y mucos personajes más, sin duda era un espacio extraño. Estoy seguro que ya no existe, la autopista o cualquier novedad lo habrá destrozado, pero nunca olvidaré las visitas a este lugar mágico, insólito e impregnado de locura.

manuel allue dijo...

Estaba un poco más allá, Aparis, cerca de la Muntanyeta de Sant Pere. Un buen amigo y buen pintor que falleció no hace mucho recogió algunas de las cabezas, fantásticas, del Mas de les Figures: modeladas torpemente ¡en cemento! y policromadas con azulete, ocre y tierra de Sevilla. El Mas de mi amigo también ha desaparecido y vete a saber qué ha pasado con "les figures".