jueves, 22 de noviembre de 2007
AUTOREFLEXIÓN
Fea palabra entre mecánica y gimnástica que me descubre como un fanático de los crucigramas-jeroglíficos diarios del señor Fortuny en La Vanguardia, señor con el que me enfado alguna vez por esos juegos de palabras que tengo que ir adivinando en más de un tranco.
Pero esa no es la cosa. Hace ya bastantes años un conocido galerista portugués se paseaba por los pasillos de uno de los pretéritos ARCO (un pretérito imperfecto), de los de la Casa de Campo, diciendo al que le quisiera escuchar que tenía el stand vacío y repetía, como una salmodia o quizás como una consigna, un “todo vendido” que seguimos repitiendo durante años con una sonrisa francamente torva (porque nosotros no vendíamos nada).
En el estupendo blog de A-Desk Pablo Marte nos contaba ayer la noticia de la Bienal de Sao Paulo, comisariada por Ivo Mesquita, que presentará vacío su pabellón principal, vacío de obras, como “un gesto radical de afirmación de este momento para elaborar y analizar los modelos de bienales y su papel en el mundo contemporáneo”. En un segundo pabellón se alojará una sala de conferencias, una biblioteca y un espacio de consulta vía Internet . La de Sao Paulo, una (y no precisamente una más) entre las casi doscientas bienales de arte contemporáneo del mundo se pone a reflexionar.
Y como somos sensibles y quizás emocionables pero sobre todo cautelosos, nos vamos a aplicar el cuento desde ahora mismo. ¡Y a estas horas!
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