miércoles, 31 de octubre de 2007

ADRIANA LECOUVREUR



Para acabar el mes como es debido, en un salón de la Comédie Française, por ejemplo, como en el primer acto de Adriana, vamos a guardar un silencio cauto hasta que tengamos una buena noticia. El artículo de hoy de Bea Espejo en el suplemento Culturas de La Vanguardia sobre Ignasi Aballí no es una noticia. Ni buena ni mala. El silencio estructural después de dos o tres barbaridades en los espacios institucionales, tampoco. Que no haya noticias no quiere decir necesariamente que sean buenas noticias. Hasta que el silencio, espeso y ajeno, no se disipe, callados. Claro está (¿hasta mañana?).

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