jueves, 15 de febrero de 2007

VICENTE VERDU SE EQUIVOCA



Complicada ha aparecido hoy una columna de Vicente Verdú en “El País”, complicada, indecisa (eso nos ha parecido) y embutida en la sección de “Sociedad”, en la página 39 de la edición de hoy. La ha titulado “La vida alrededor del pop” y habla de la exposición que la Fundación Juan March de Madrid ha montado del pintor Roy Lichtenstein al que se empeña, desde el principio, en alinear con Warhol.

Bueno, eso no es grave (en los manuales aparece así y no pasa nada) pero la cosa se empieza a complicar cuando afirma, con una rotundidad nos parece que poco meditada, que “el expresionismo abstracto que le precedía” (al Pop) “poseía unas ínfulas metafísicas que reclamaban concentración”. A ver. El Expresionismo Abstracto aparece, por así decirlo, antes que el Pop (se gestan ambos, como todo el mundo sabe, en las galerías de Nueva York, en tres galerías), pero convivieron, lo que también es un decir, más de una década. Son movimientos, estéticas, formas de entender los cuadros (de cuadros se trataba, al fin y al cabo) opuestas pero coetáneas, completamente. Luego, eso de las ínfulas me parece una grosería. Las bromitas sobre Pollock o sobre De Kooning están muy pasadas de moda, incluso en Europa, y resumir el Expresionismo Abstracto diciendo que tenía ínfulas y, además, metafísicas, es una barbaridad.

¿A que no lo dice de Tàpies, a que no se mete con su religiosidad (pictórica) ni reclama para él “concentración”, como hace con los americanos?. ¿A que no se atreve con Fontana, ni con ningún abstracto europeo?. Ni siquiera con ninguno de los que ahora nos parecen puramente decorativos, porque lo son.

Luego se complica (se equivoca) al escribir que el Pop “tras su estampa banal no guardaba ninguna artimaña, no latía ningún secreto”. Supongo que V.V. habrá visto cuadros de Warhol y no sólo serigrafías o, lo que es peor, sus reproducciones. Supongo que habrá visto que están “pintados”, que hay “artimaña”, factura, trazo, incluso materia y no sólo color y mancha plana.

Al final de la columna, para rematar la faena, el señor Verdú, que siempre nos gustó bastante cómo escribía, y que lo seguirá haciendo, justifica su perorata, su confusa perorata, al hablar del Real Madrid (“un equipo malísimo que no tiene nada tras su imagen banal”) y de De Juana, “que es como el pop, un terrorista sin más allá que su imagen terrorista”). ¿A qué viene, columnista?. La velocidad, el tocino, el Pop Art, el fútbol y el terrorismo nos darían un cóctel imposible o, por lo menos, imbebible.

Mal se levantó ayer el señor Verdú (o mal se acostó). Durante la semana de ARCO la gente, nosostros mismos, nos vemos obligados a decir nuestra frase “de actualidad” con el trasfondo del arte contemporáneo. Y la verdad es que no hace ninguna falta.

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