Por lo menos es lo que dice Juan Bufill en su estupendo artículo Documental: Cifré, Vázquez, Jorge sobre el cómic DDT, el tebeo, que se publicó en Barcelona entre 1951 y 1964 y que aparece hoy en suplemento Cultura/s de La Vanguardia (que por aquellas fechas era "Española").
A nosotros "el" DDT siempre nos pareció raro ("era" raro) y nos asustaban un poco las Hermanas Gilda y Doña Urraca. Niños de colegio de monjas combatíamos las anginas y los ataques de acetona con Pulgarcito y algunas veces con TBO, el padre de todos, aunque tampoco entendíamos muy bien a la familia Ulises.
Ahora que lo pienso, los raros éramos nosotros.
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