lunes, 17 de diciembre de 2007
SIGLO XXI (BAMBINA CHE RIDE)
La cuestión es que desde el principio nos habíamos propuesto hablar de ambos siglos, el que nos parece que ayudamos a terminar y el que seguramente otros están construyendo. Procuramos ser prudentes (siempre hay alguien al que no se lo parece), recordar sólo lo justo y dejar que pasen las cosas incluso a nuestro pesar. A pesar nuestro, como suelen escribir por ahí.
Pero resulta que los años van pasando, que los siglos parece que no tienen ganas de discutir entre sí y que las buenas nuevas aún están por llegar. Por eso (ahora, a esta hora acostumbrada en la que solemos acordarnos de todo esto) hemos puesto como frontispicio o como ilustración o quizás como aviso, la imagen de una espeluznante (a nosotros nos lo parece) cera de Medardo Rosso, del que parece que no se acuerdan ni sus paisanos, Bambina che ride, que se conserva en su museo de la Lombardía, en Barzio, y que redondea ese querer y no querer (esa querencia, al fin y al cabo) por el siglo en sí, ni éste ni el otro sino el de más allá.
La escultura está fechada en 1890, es más bien pequeña y nos invita a sonreír un poco funerariamente. O a lo mejor a pensar en quienes se siguen peleando entre ellos, miran, ven lo que ven (poco), necesitan de la literatura (de la letra, la dura y la otra) para entender lo que les rodea y no tienen su alma en paz. Nosotros a lo mejor tampoco, pero este siglo nos va gustando, el pasado es nuestro del todo (¡casi cincuenta años!) y el de Medardo Rosso, a medias.
Prudencia nos atrevemos a aconsejar. Y buen gusto, Y mesura. Y capacidad de aguante.
Medardo Rosso fue un espléndido escultor de ambos siglos (XIX y XX). Juan Muñoz uno de los mejores del XX, si no el mejor, al menos el que contó el final de su siglo de la mejor forma. Esperamos al de ambos siglos (el XX y el XXI) para que nos estremezca con buen gusto, con mesura (o con desmesura) pero sobre todo diciendo lo que hay que decir. Contando.
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