sábado, 23 de junio de 2007

UNA DUQUESA DE SEVILLA LO RECLAMA



Hay noticias que dan vergüenza, mucha vergüenza. Quizás porque están redactadas para eso, para fastidiar al pobre lector recién amanecido de la siesta, recién atardecido, y obligarle a ponerse al teclado. Maledetto sia l’aspetto / che m’arde, tristo me.

Alberto García Reyes ha sido el encargado de amenizar nuestro duermevela con una crónica publicada en la edición de ABC de hoy sobre la presentación del cuadro llamado Santa Rufina, atribuido a Diego Velázquez, en el Ayuntamiento de Sevilla y por gentileza de Sotheby’s, la casa de subastas encargada de su venta pública el 4 de julio.

La asociación Velázquez por Sevilla (que no entendemos por qué no se llama "Sevilla por Velázquez"), cuya presidencia de honor ostenta la duquesa de Alba, aboga, junto al alcalde y parte del Consistorio, por la compra del cuadro para formar parte, buque, insignia o, quizás, acorazado, del Museo de Bellas Arte sevillano. “Líder” de la sala del museo dedicada a Velázquez, ha dicho textualmente el señor alcalde, usando un término tan moderno.

Los problemas, graves, están en la autoría, presunta, confirmada, desmentida, vuelta a confirmar y desmentir, que envuelven al lienzo en esa peligrosa maraña que poco tiene de histórica y mucho de pretendidamente sentimental. Jonathan Brown, uno de los máximos especialistas internacionales de Velázquez y profesor del Institute of Fine Arts de Nueva York, la niega. Benito Navarrete, de la Universidad de Alcalá, la defiende. Y el señor alcalde se presenta en la Sala de Plenos con la pobre Cayetana Fitz-James cogida del brazo, vestida de antepasado suyo (de antepasada) y con un bolso de macramé. El cuadro, ligeramente inclinado sobre un caballete revestido con un damasco carmesí no demuestra nada en sí, ni falta que le hace, ni al cuadro, triste y precioso, ni, si se me apura, a la ciudad de Sevilla.

Pero el cronista se empeña: “Un sevillano lo pintó, una santa sevillana lo protagoniza y una duquesa sevillana lo reclama”. En esa especie de capilla ardiente que Sotheby’s, el alcalde Sánchez Monteseirín y la asociación de nombre inverso le han montado al cuadro de la Santa no van a faltar ni elogios ni silencios, como se merecen los actos funerarios. Y a lo mejor algún sevillano devoto, confuso y admirador de la causa le da “la cabezá” .

4 comentarios:

delantal dijo...

Por algo llaman al alcalde "Monteserrín", es un dechado de despropósitos.
Cuestión de imagen. Pero míra que es raro que pintaran a una santa sin la otra, ¿verdad?

manuel allue dijo...

Pue sí, es raro. ¿Dónde se quedó la pobre Santa Justa?

El pintor Antonio López, grandísimo pintor, dijo en su día que este cuadro no tiene ni una sola pincelada de Velázquez. Yo le haría caso. Y bastante.

delantal dijo...

yo te haría caso a tí
;)

manuel allue dijo...

Pues muchas gracias por la confianza.