lunes, 19 de marzo de 2007
BLINDADO
Hace ya días que guardaba el recorte de una columna que Ignacio Ruiz Quintano publicó en ABCD, suplemento al que también se ve que somos bastante aficionados, sobre el pintor Pepe Cerdá y sobre su blog, que acabamos de descubrir, como al artista: mea (nostra) culpa. No le hemos buscado hasta hoy, ¡maldita falta de tiempo!, y nos hemos topado con un lector de Pla, con un lector culto (no sólo de Pla), y con un pintor que sabe y que quiere escribir. Lo que da bastante gusto.
Le hemos robado la foto de uno de sus cuadros para encabezar todo esto, y hemos rebuscado hasta encontrar la cita que teníamos subrayada. Que va de Tàpies (al que un poco afrancesadamente insiste en acentuar como “Tapiés”), lo enfrenta a Sorolla (¿por qué no a Solana o, mejor, a Zuloaga?) y le endiña una frase gráfica y tremenda: “…la teatralidad de las fotos” (de Tàpies) “siempre me ha parecido muy cómica, esa cara de indio tomado bicarbonato…” Y sigue.
Tâpies nos gusta de vez en cuando (“de cuando en vez”, como dicen los gallegos, traduciendo) pero las transgresiones nos encantan. Tàpies, efectivamente, tiene cara de indio. Y de indio enfadado con el mundo. Pero ahora me doy cuenta de por qué Cerdá no lo compara con Solana, con esa sempiterna procesión de las ánimas entre las cejas, o con Zuloaga, que parecía un alcalde vasco, de caserío, enfadado también con el mundo. Y seguramente con razón.
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